Viviendo la vida
“el orgasmo no es el final de la fiesta sino el principio de la celebración”
Es una práctica oriental basada en textos budistas e hindúes que invita a relajarse y a prolongar el encuentro sexual.
El amor a una misma es el viaje que el tantra para mujeres ofrece mediante herramientas y oportunidades para la sensualidad consciente, estilos de vida que experimentan con la sexualidad y conexiones de corazón abierto, aceptando el cuerpo y la mente.
El objetivo principal es desarrollar su capacidad para el éxtasis, ampliar el contacto con tu amante interior, y cumplir con las necesidades profundamente.
La intimidad se vuelve más segura a medida que se aprende a establecer límites saludables.
Compartimos suavemente ejercicios de respiración, de imágenes, movimiento corporal, y de sensibilización que liberan el Kundalini, la fuerza vital de la energía sexual, por lo que esta se hace disponible para el cuerpo, mente y alma.
Se incorporan artes sagradas y sensuales de todo el mundo, incluyendo el mejor de los modernos conocimientos de terapia y de la comunicación.
Se experimenta en Tantra y ayuda a recrear antiguos rituales exaltado el amor y apoyar el proceso de cada persona para desarrollarse plenamente, al tiempo que ofrece modelos de sexualidad con poder, como el baile, el masaje erótico, ceremonias de despertar sensual, y prácticas de respiración, para llevar estas experimentaciones y conocimientos a un nivel celular.
Algunas técnicas del sexo tántrico:
1) Cuanto menos, mejor: se recomiendan hacer el amor una sola vez al mes o dos para acumular energía sexual. La idea es realizar el sexo con toda la conciencia en el acto.
2) Encuentros sin sexo genital: estar dispuestas a vivir una experiencia diferente en la cual el placer no esté enfocado en el orgasmo sino en el disfrute de los sentidos.
3) Evitar la eyaculación: La solución tántrica es prolongar la etapa última, la más intensa, inhibir el espasmo para permanecer indefinidamente en el punto límite.
4) Ambiente idóneo: preparar el ambiente adecuando temperatura, música, sábanas suaves y de colores eróticos, aromas, bebidas y, por supuesto, privacidad. Acondicionamos nuestro cuerpo con un buen baño y depilación, etc.
5) El poder de la mirada: en el momento del encuentro, nos dedicaremos a mirarnos bien de cerca, de forma fija, hasta que el deseo se vaya encendiendo.
6) Caricias y masajes: empujadas por el deseo, las caricias son imprescindibles, se masajea una persona a otra lentamente, explorando todo el cuerpo excepto los pechos y genitales, mediante movimientos largos, circulares y buscando el propio placer de hacer el masaje. El tiempo idóneo son 15 minutos por persona.
7) Inhalar y exhalar: la respiración es primordial en el sexo tántrico; se sientan una personas frente a la otra, se van acercando y se sube una encima de la otra, y se abrazan lentamente con sus piernas. Comienzan a respirar en forma pausada. Cuando una exhala, la otra inhala; la idea es que una respire del aire de la otra.
8) Empieza el juego:
el beso del deseo consiste en recostarse una junto al otra, mirarse a los ojos y besarse sin tocarse. Deben seguir el ritmo de la respiración.
Otro juego es más cerca: la pareja debe mirarse fijamente y besarse la piel. Poco a poco y sin apresurarse van llegando a los genitales con suavidad y dulzura.
9) Una mujer arriba de la otra: postura conocida como Kali : una mujer se pone en cuclillas y el juego sigue. Los movimientos pueden ser lentos o vigorosos, la mujer que está encima puede detener el movimiento pélvico y dedicarse a usar los músculos internos de la vagina para apretar, acariciar el sexo de la otra mujer. La mujer de abajo está quieta, se relaja y deja que la mujer que está encima haga lo suyo. Cuando se llega al orgasmo habrá dejado atrás muchos bloqueos o karmas.
10) Y, por último, un largo y profundo orgasmo: El orgasmo no es el final de la fiesta sino el principio de la celebración: la pareja permanece unida, meditan relajadas, y disfrutan del éxtasis, para prolongarlo, se liberan de todo lo que pesa, abandonarse por completo. Entregarse la una a la otra, no pensar en nada, sentir. Que no se apague la llama en un simple desahogo sexual.
"Tengan la valentía de ir más allá del placer”.
+ info: